Mi amiga E. España me hizo este hermoso regalo, una historia de odio y amor que demuestra que el mal entendido siempre se puede subsanar, tendiendo puentes de unión y sorprendiendo a quien nos adversa dando amor en lugar de sembrar más discordia. Gracias.

Hace muchos años, en un lugar muy remoto había un par de hermanos que contribuían mutuamente en sus quehaceres cotidianos. Luego de unos años tuvieron una pelea muy fuerte, como esas que suele ocurrir entre personas que se quieren, hermanos; amigos; parejas. Una pelea bastante subida de tono.
Luego de algunos meses de trabajo, el hermano menor se dedicó a la tare de desviar el cauce de un rio cercano, de manera tal que dividiera el terreno entre las casas de los hermanos, haciendo aún más fuerte la distancia e incentivando la discordia entre ambos.
Por esos días, de paso iba un carpintero ofreciendo sus servicios con el fin de hacer algo de dinero. En su camino se topó con la casa del hermano mayor quien muy huraño le atendió.
– ¿Que quiere? Espetó con un gruñido.

– Soy carpintero y me gustaría ofrecerle mis servicios.
– Excelente, usted ve ese rio, mi hermano lo ha desviado para separarnos, así que voy a pedirle que haga algo mejor y más grande para hacer una verdadera división, tome esa madera y construya un muro muy alto.
El carpintero asintió, se dio media vuelta y comenzó a trabajar mientras el hermano mayor salía al pueblo a hacer sus compras. Luego, a su regreso, cuando aún había luz, se topó con el carpintero. – Espero que haya terminado su trabajo, ahora le pago. Al volverse hacia el rio, donde se supone debía haber un muro, el carpintero había construido un puente.

– Le pedí un muro, gritó el hermano mayor muy molesto montado encima del puente. Comenzó a gritar lleno de rabia, haciendo gestos y gritando todo tipo de improperios.
En eso, su hermano menor lo vio y al instante salió corriendo, subió al puente y sin mediar palabras abrazó a su hermano con los ojos llenos de lágrimas.
– Gracias hermano, sabía qué harías algo extraordinario, yo desvié el rio y tu construiste un puente, siempre has sido el mejor.

El hermano mayor sin palabras, impávido de la sorpresa no pudo contenerse y abrazó a su hermano pidiéndole perdón. Luego de un rato y habiendo dado las explicaciones del momento, ambos fueron a buscar al carpintero, pero este, así como había aparecido, se había ido dejando unión, amor y perdón entre ambos hermanos.
La Tarea: Propicia hoy espacios de unión y si no puedes, recuerda que siempre tienes ayuda, acude al carpintero que nos dio el mayor de los regalos. Nos dejó su mensaje de amor y unión entre todos.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
Excelente Reflexión!, en ésta época donde lo ideal es autoevaluarnos y reflexionar sobre tender puentes para mejorar nuestro entorno. Un abrazo!
Bello mensaje, para aquellos que acostumbramos a irnos de bruces, que primero disparamos y luego averiguamos, Bonita Lección de amor
Gracias por compartir tu regalo