
He conocido muchas maneras de acompañar a las personas que me rodean, la que me parece más complicada es la de escuchar a un amigo que atraviesa alguna situación difícil y resistir el impulso de aconsejarle o darle indicaciones de cómo puede o debe resolver su situación. Por otra parte está la más sencilla y es un hábito que descubría en mi hace poco, sonreír.
Me aseguro de que todo el que se acerque a mí se vaya mejor de lo que vino y la clave para lograr esto es compartiendo sonrisas.
La invitación de hoy: Sonríe a todos los que se crucen en tu camino, mientras peor sea su gesto atrévete a romper esa barrera sin pena a quedar mal, haz tu labor social del día regalándole una sonrisa al menos a una persona, así pones tu grano de arena para construir un mundo mejor.
Todo lo mejor para ti.