
Ante situaciones de conflicto, el estado de mis egos determina el nivel de mis reacciones al hacerlas descontroladas en mayor o menor medida. Estos al vibrar inarmónicamente expresan emociones “negativas” que incomodan, señal inequívoca de mi resistencia al cambio que representa superar una situación particularmente problemática.
Cuando identifico al ego que genera la emoción, el malestar cede espacio y aparece la calma que me permite centrarme y hallar las soluciones.
La invitación de hoy: Observa tu entorno y encuentra eso que te incomoda, lo que no te gusta. Una vez identificado el sujeto, comportamiento o evento, procede a determinar exactamente lo que no te gusta. Ahora date cuenta que lo identificado es una expresión propia que no has querido ver en mucho tiempo, tu resistencia.
Todo lo mejor para ti.-