
Después de atravesar un camino que pudiera llamar, desventurado, me encuentro en un momento de satisfacción muy difícil de describir con palabras. Hacer caso a la palabra de Dios es complejo cuando me empeño en que mi plan es mejor que el de él. No fue sencillo, pero a regañadientes seguí las quedas instrucciones que percibía entre el ruido de mis emociones, estas decían: Sigue adelante que todo va a estar bien.
Aún hoy aparecen las dudas, pero algo dentro de mí ha cambiado, la certeza es más fuerte que el miedo y la confianza acompaña cada paso que doy en el camino.
La invitación de hoy: Haz tu mejor esfuerzo por acallar tu mente y dejar las emociones de lado, de manera que puedas prestar atención a la hoy, queda voz de Dios dentro de ti. Una vez que la identifiques, síguela sin dudar y pronto verás los resultados.
Todo lo mejor para ti.