
El momento de conexión con la divinidad que aparece en tiempos de navidad, permanece en la medida que le doy espacio a través de la fe. Mientras mantengo esta conexión, mi mente cede espacio a la intuición, permitiéndome ser asertivo en las decisiones, también en el planteamiento de metas y objetivos cónsonos con mi esencia y por ende alcanzables.
Escuchar a la intuición es permitir que Dios guíe tus pasos para el bien mayor.
Si bien estos son días de fiesta, también los son de reflexión e introspección en los que darme cuenta de mis carencias, así como de mis virtudes, se hace sencillo facilitando el autoconocimiento y potenciando mis capacidades para el logro de mis objetivos.
La invitación de hoy: Aprovecha estos días para conocerte y fortalecer tu oído interior y la atención que le prestas a tu intuición. Recuerda compartir en los comentarios más abajo.
Todo lo mejor para ti.-