
La continuidad de la satisfacción es producto de la continuidad de los esfuerzos que hagamos para conseguirla. Aunque nos empeñemos en querer sentirla a cada momento, esto es poco probable, por no decir imposible. Parte del precio de la felicidad (por no decir el único) es aprender.
Como ya hemos comentado en varias oportunidades, una de las funciones principales de los eventos de la vida, es la de mostrarnos aquellos aspectos sobre nosotros mismos que tenemos que darnos cuenta y consecuentemente superar.
De allí que el oponente más poderoso para nuestra satisfacción personal y en definitiva, el éxito en nuestras vidas, somos nosotros mismos. Darnos cuenta de nuestras limitaciones, de las inconscientes principalmente, es la tarea a realizar, en la medida que logremos ser más conscientes de nuestro propio SER, más rápidamente accederemos a la fuente infinita de nuestro propio y verdadero potencial.
Todo lo mejor para ti.-