La expresión “El tiempo de Dios es Perfecto” pareciera haberse puesto de moda por estos días. Tal vez es la mejor excusa para no haber realizado alguna actividad importante y cuando el resultado no es como esperamos, soltamos esta frase, haciendo responsable a alguien más por la imperfección.

Esto no quiere decir que Dios no este sincronizado con los eventos, claro que lo está, es él quien los propicia. El punto es ¿En cuantas oportunidades nos aprovechamos de su perfección para postergar nuestras decisiones? Seguramente más veces de las que quisiéramos admitir.
Nuestra mente siempre nos va a jugar la trampa de hacernos creer que es cosa de Dios el que haya o no ocurrido algo o de que seamos o no exitosos. Una vez más, la atención a los detalles respecto a la manera en que vivimos son la clave para hallar la perfección de los momentos de Dios y poderlos diferenciar de nuestras creaciones.
Todo lo mejor para ti.-