
De chico aprendí a admirar personajes por lo que hacían o lo que lograban. De esta manera admiré por muchos años a Jack Cousteau y sus extraordinarias exploraciones sub-marinas, al Rey Pelé, Ayrton Senna, entre muchos otros. Tuvo que transcurrir mucho tiempo para comprender que, a pesar de que todos eran seres humanos extraordinarios, también Sigue leyendo
Debe estar conectado para enviar un comentario.