
De chico aprendí a admirar personajes por lo que hacían o lo que lograban. De esta manera admiré por muchos años a Jack Cousteau y sus extraordinarias exploraciones sub-marinas, al Rey Pelé, Ayrton Senna, entre muchos otros. Tuvo que transcurrir mucho tiempo para comprender que, a pesar de que todos eran seres humanos extraordinarios, también yo lo era (soy) y que todos, más allá de nuestros logros y proezas, estábamos igualados por dos factores comunes para quienes habitamos este planeta: El tiempo y el fracaso.
Sin excepción, los seres humanos vivimos en días de 24 horas y no existe alguno que no haya fracasado, especialmente si ha sido o es muy exitoso.
El tema del tiempo se reduce a lo que hacemos con él, es decir, mientras Madonna (si, la cantante) invertía entre 8 y 10 horas ensayando, tal vez sus compañeros, cansados, se retiraban a dormir o fiestear. Tampoco es que Pelé haya metido todos los goles que chutó a las porterías, falló muchísimos antes y durante su carrera. Un beisbolista exitoso gana fortunas de dinero por batear 3 de cada 10 lanzamientos, es decir, fracasa 7 veces antes de conectar una pelota con su bate.
La invitación de hoy: Reflexiona, De las 24 horas del día ¿Cuántas dedicas a construir tu éxito? – Cuando fracasas ¿Qué haces con la experiencia? ¿Te reprochas o aprendes? Solo piénsalo.
Todo lo mejor para ti.-