Las razones para estar alegres son diversas y están íntimamente relacionadas con los afectos personales. Esta sensación es algo que nos conecta rápidamente con nuestra divinidad, la podemos sentir en cada parte de nuestro ser y se pasa tan rápido que pensamos que es complicado obtenerla o que para sentir alegría hay que atravesar por situaciones de inmensa tristeza o dolor.

Así como encontrarnos con alguien verdaderamente querido nos dispara esta emoción, nos da un placer auténtico y sincero que se siente desde el corazón. Cuando esto ocurre es cuando dejamos que nuestra divinidad tome el control, y nos lleve a expresarnos de manera espontánea y afectuosa.

Intensas son estas situaciones cuando nos vemos cara a cara con familiares que viven lejos, con personas que nos han apoyado sin siquiera saberlo, parejas que se alejan o incluso seres que son difíciles de ver o incluso sentir. Es como encontrarse con Dios, nos genera sensaciones similares a las de ver alguien de muy alta estima, que sabemos que siempre está allí, pero que nunca vemos, si esto te ocurre por estos días, no reprimas tu espontaneidad, aparta cualquier pensamiento que frustre o limite el evento, fluye con tus emociones, permite que la felicidad invada todo tu ser y disfrútalo.

Todo lo mejor para ti.-