
A cada plan que diseño, se me hace complicado no crear expectativas, esas que siento o creo son las condiciones perfectas para, un nuevo empleo o negocio, mi pareja, mi hijo, en fin, siempre quiero que sean “perfectos” según los estándares de vida que han funcionado para mí, dejando de lado las realidades ajenas, por cercanas que estas sean.
La idealización me impide mirar y aprender de la diversidad, me coloca en la posición de juez y por ende, lejos de la verdadera perfección.
Al idealizar algo o alguien irremediablemente me hago expectativas, las mismas que terminan trayendo desilusión al no ser cubiertas, nadie pude cubrir la esperanza de perfección que crea mi mente, «solo veo en los demás, aquello que quiero y espero ver». De cara a la inminente decepción, solo queda emplear las herramientas emocionales para restablecer la continuidad y comprensión sobre el aprendizaje de lo diferente, esta comprensión trae consigo paciencia y compasión, lo que termina por darme paz interior.
La invitación de hoy: Identifica que eso que has estado idealizando en tu vida, una manera de hacerlo es mirando con atención donde te has estado decepcionando con cierta regularidad.
Todo lo mejor para ti.-