
Hace ya 50 días se libra una batalla de voluntades en un trozo de tierra ubicado al norte de América del sur, un enfrentamiento entre el rencor sembrado por un gobernante irresponsable, hoy difunto y la voluntad de quienes creen que el poder dura para siempre.
Hoy la reflexión queda nublada por la inmensidad emocional propiciada por la pérdida innecesaria de vidas jóvenes, que amén de haber sido llamados por el altísimo habiendo cumplido su misión, no dejan de ocasionar tristeza a quienes permanecemos en este espacio de conflictos y pensamiento lineal, del cual pareciera muy complicado salir.
Un lado clama justicia al sentirse maltratado, con sobrada razón. Saberse en el país más rico del mundo, tener dinero y que no haya nada que comprar es algo desesperante, puede usted imaginar la vida de quien no tiene el dinero (83% de la población aproximadamente). El otro se apoya en la “legalidad”, muy cuestionable por estos días. Pero más allá de la razón, la verdad se palpa en las calles, en los hospitales y en la violencia que se vive a diario en las barriadas más populares de país afectando a tirios y troyanos por igual y que, en los últimos 50 días se evidencia en las calles de toda la nación donde cada lado reclama su revancha.
Hoy es difícil dejar de querer tener la razón cuando veo familias buscando comida en la basura, enfermos que padecen problemas controlables como la hipertensión, alterando sus tratamientos para rendir las pocas pastillas que les quedan porque hipertensivos, “NO SE CONSIGUEN”, familias que inventan lo indecible porque ganan uno o dos salarios mínimos mientras la cesta básica alimentaria supera a ese ingreso por más del 120%. Cuesta mucho ser ecuánimes y dedicarse solo a la oración o la meditación, cuando quien no tiene armas y busca defenderse como puede, es brutalmente reprimido por paisanos, hermanos y primos. A veces siento que la espiritualidad se esfuma y da paso al egoísmo, la rabia y la tristeza, que la superan con creces.
Aun así continuaré orando, meditando y pidiendo por mi país, publicando, escribiendo de lo que aprendo y lo que supero o como en este caso, lo que me cuesta superar.
Solo Dios sabrá el desenlace de la situación, como se moverán los hilos de las decisiones que darán curso al destino de un país entero y porque no, de un continente. Ánimo, Fuerza y Fe Venezuela.
Todo lo mejor para ti.-
Fuerza y Fe, hermano. Saldremos adelante de esta horrible situación, llenaremos las calles de alegría como cuando eramos niños y con esfuerzo recobraremos la Venezuela productiva y ejemplo para el mundo que una vez tuvimos. No nos desanimemos, tomemos esto como una prueba y con valor salgamos adelante.
Muchas gracias Luis, el entusiasmo se contagia y de eso necesitamos mucho… Fuerza y Fe.
Éxitos
Bilko