
No hay nada más desconcertante que mirarse al espejo. A veces no queremos hacerlo por miedo o vergüenza, en otras, la simple verdad esta oculta tras una mirada penetrante que nos acusa de algo. Lo cierto de todo es que cuesta Sigue leyendo

No hay nada más desconcertante que mirarse al espejo. A veces no queremos hacerlo por miedo o vergüenza, en otras, la simple verdad esta oculta tras una mirada penetrante que nos acusa de algo. Lo cierto de todo es que cuesta Sigue leyendo
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