
Según los científicos, lo que percibimos como elementos sólidos, no lo son tanto. Hay mucho espacio vacío en cada roca, trozo de tela, nuestra piel, de hecho pudiéramos, si así nos lo propusiéramos, atravesar las paredes. Estos principios provienen de las ya no tan noveles teorías cuánticas. Si, según los físicos modernos, el espacio entre los electrones de los átomos es muy grande y ese espacio está vacío. Consecuentemente si es más el espacio vacío que el sólido, entonces estamos técnicamente huecos.

Pero esto de la física cuántica y la teoría de cuerdas queda un poco alejado del común de los mortales, que a falta de conocimiento, nos encargamos de generar otro tipo de vacíos, los emocionales. Estos espacios no pueden ser llenados por nada, pero insistimos, infructíferamente, en completarlos con vicios que nos lesionan, a veces, irremediablemente. La bebida, el cigarrillo, el auto-castigo y la auto-censura, hacen de nuestras vidas verdaderos tormentos. Muchas veces es totalmente inconsciente, pero no menos dañino. Estos espacios llegan a ser enormes y van más allá de si alguno de nuestros padres estuvo o no, tampoco con la ausencia de parejas, familiares, amigos, etc… Dejando de lado los formalismos sobre tus creencias, es solo Dios quien puede llenar esos espacios. La mayoría de las veces, no somos conscientes de nuestros espacios, así que nuevamente la invitación es a reconectarnos con nosotros mismos y estar atentos a esos «huecos» por pequeños e inocuos que parezcan, como el que pretendemos llenar al comer chocolate. Es importante tener claro que:

- Para responder esas preguntas cuyas respuestas llevas años buscando, solo es posible llegar a través de tu espiritualidad.
- Ya es momento de dejar la arrogancia y tener a Dios de lado e incluirlo en tu vida. Si ya lo tienes, pues felicidades, ahora toca compartir.
- Alejarnos de Dios es sumamente fácil, lo hacemos a través del juicio y esto lo hacemos permanentemente. Obsérvate y ve alejándote del ego.
- Alejarse de los egos es una tarea muy complicada y requiere trabajo arduo aún con la ayuda de Dios. Es cuestión de prestarte atención.
La mejor herramienta para poder mirar los egos es hacerlo desde el corazón. Como está escrito en el libro El Principito de Antoine de Saitn Exupery. “Lo esencial es invisible a los ojos.”
Todo lo mejor para ti.-