Aventura.

A cada emprendimiento aparecen los miedos y tras de ellos aumentan las probabilidades de fallar.
A cada emprendimiento aparecen los miedos y tras de ellos aumentan las probabilidades de fallar.

Solemos llamar con este nombre a todo aquel cambio que nos presenta mucha incertidumbre, poco importa lo planificado que seamos, cada vez que emprendemos algo radicalmente diferente a nuestro sistema habitual de vida, nos convertimos en una especie de exploradores, muchas veces sin darnos cuenta de que, muy por encima de la emoción que nos impulsa a avanzar, está la principal tarea de vencer nuestros miedos.

Cada quien carga consigo sus lecciones, aprendidas o no. Una serie de retos que nos ponen a prueba a cada paso que damos. A veces, logramos aprender y superarlos con mucha resiliencia, en otras, se transforman en creencias que limitan nuestro avance, lo que ciertamente contribuye al incremento de la incertidumbre en cada nueva aventura que emprendemos. La emoción de lo novedoso y las posibilidades de mayores beneficios personales nos impulsan a dar esos primeros pasos, a los cuales le suceden segundos y terceros que nos van aterrizando en nuestra realidad, haciendo que los miedos tomen fuerza y en ocasiones lleguen a paralizarnos. El éxito de la nueva empresa, dependerá principalmente de donde se encuentre nuestra atención.

A cada nueva aventura corresponde saltar al vacio, tener confianza y abrirse a recibir los regalos de Dios.
A cada nueva aventura corresponde saltar al vacio, tener confianza y abrirse a recibir los regalos de Dios.
  • Toda nueva aventura está llena de incertidumbres. Llevarla a feliz término dependerá de cuan abiertos estemos a recibir las nuevas bendiciones, sin miedo.
  • El miedo siempre será un factor presente en cada paso del camino y será más o menos fuerte dependiendo de la atención que le pongamos al pasado.
  • El pasado está repleto de hechos que generaron creencias sobre nuestras capacidades y son el juicio que emitimos respecto de nosotros mismos.
  • Estos juicios normalmente nos limitan para el logro, encasillándonos en algún tipo de conducta o personalidad que normalmente no nos pertenece.

Somos aventureros por naturaleza y no lo somos más, porque nos limitamos al pensar en el lado positivo de la incertidumbre y en querer mantener el control sobre aquello que no nos es posible controlar. Recuerda, las cosas siempre saldrán bien a pesar de nosotros mismos.

Todo lo mejor para ti.-

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