
Los cambios personales suceden de manera imperceptible, al menos a mis hábitos y costumbres que insisten en permanecer por encima del nuevo yo. Esto genera incomodidades ya que al querer mantener mis habituales reacciones, me enfrente a la nueva realidad donde lo que tiene cabida son las respuestas. Entonces, para ser feliz he tenido que ser valiente y decir que NO a lo que yo consideraba mis gustos más preciados y también decir que SI a eventos, personas y situaciones que en principio no parecían alineadas con mis estándares de alegría y felicidad.
Mi felicidad no tiene precio, pero si cuesta la valentía de renunciar a lo que fui y consciencia para darme cuenta del nuevo Yo.
La invitación de hoy: Cada situación vivida te genera un aprendizaje que te transforma, aun cuando no seas consciente de ello. Medita a diario por 15 minutos sobre las lecciones recibidas y la transformación que generaron para tu crecimiento y evolución.
Todo lo mejor para ti.-