
Se hace complicado ser completamente honesto conmigo, reconocer, no solo mis oportunidades de mejorar, sino también, mis fortalezas y capacidades, ha requerido de mí una honestidad sin precedentes. Esta honestidad me ha conducido a la integridad de pensamientos, palabras y acciones, esa en la que mis acciones están perfectamente alineadas con mis palabras y estas a su vez con mis pensamientos y deseos.
Al ser honesto conmigo, me alejo de los inconvenientes y evito hacerme daño y hacerlo a los demás también.
La invitación de hoy: Practica la honestidad, no te mientas respecto a lo “malo” y tampoco lo bueno que hay en ti. De esta manera evitaras lastimarte y reducirás considerablemente las situaciones incómodas en tu vida.
Todo lo mejor para ti.-
[…] sentimental, familiar, de salud, laboral, etc. comienza, necesariamente, por ser brutalmente honesto conmigo y la manera como pienso y siento sobre […]