
Cuando se vive en situación de crisis, en un lugar donde cualquiera es, no solo capaz, sino también tener las intenciones de hacer daño, confiar en los demás se vuelve una tarea compleja. ¿Cómo recuperé la confianza? No es sencillo, tuve confiar en el trabajo realizado para crecer, el que me llevó a ser más observador y entender cuando las señales enviadas por las personas no eran concordantes, esto me hizo entender mejor mi intuición.
Todos enviamos señales y son nuestras acciones las que delatan con mayor claridad, las verdaderas intenciones de los demás.
La invitación de hoy: No se trata de ser una persona confiada, sino de confiar en nuestra intuición. Recuerda, si hay miedo, hay ego y este siempre, para protegernos, nos alejará incluso de las mejores oportunidades de nuestra vida. Confía.
Todo lo mejor para ti.-