
La vida es conocida por ser un devenir de eventos, mayormente inesperados. Por fortuna, solo algunos pueden ser predichos para ver como “insospechadamente”, cambia el rumbo de los acontecimientos, haciéndonos generar emociones que dejan huellas y lecciones aprendidas o por aprender. Todos deseamos una vida sin sobresaltos o con la menor cantidad posible de ellos, pero esto no es posible ya que todo cambia, incluso nosotros mismos aun cuando no seamos plenamente conscientes de ello.
Únicamente quienes están verdaderamente conscientes de lo permanente de los cambios, internos y del entorno, son capaces de valorar la incertidumbre en lugar de padecerla.
Crear consciencia del alcance de los cambios requiere de atención plena y de vivir en el presente la mayor cantidad de tiempo posible. Esto se logra disciplinando la mente, siendo vigilantes acuciosos de los pensamientos. No es complicado, solo requiere práctica disciplinada.
La invitación de hoy: Comienza a observar los cambios, tus cambios. Solo así podrás avanzar sobre todo lo demás con plenitud.
Todo lo mejor para ti.-