En momentos de soledad y/o de pérdidas es difícil hablar de alegría, cuando sentimos que no hay oportunidades o futuro, hasta las frases más motivadoras parecen clichés sacados de anuncios publicitarios, carecen de sentido y en ocasiones llegan a incomodar sin importar su origen y dependiendo del caso, hasta llegamos a molestarnos con seres queridos solo por tener la intención de impulsarnos un poco para salir de ese estado de letargo emocional, donde la tristeza, la rabia o el miedo tienen el control.

Aunque sé que la alegría es una decisión, también tengo como cierto que el entorno es capaz de robarse toda la que exista, siempre y cuando le de permiso de hacerlo.

La fiesta siempre está dentro, a veces tan cerrada que no dejamos salir la música que llevamos en el corazón. No hace falta nada externo, solo entender que el mundo no el mismo sin nuestra alegría.

La invitación de hoy: Supera la tristeza, pon en pausa el duelo y no permitas que las situaciones te superen, si se puede.

Todo lo mejor para ti.-