
Uno de los elementos de la armonía en nuestras vidas vida tiene que ver con el ritmo, esa combinación acompasada de movimientos a nuestro alrededor a los cuales acompañamos con nuestras decisiones. Es ese ritmo el que a veces se sale del compás y es cuando comienzan a aparecer los tropiezos emocionales que nos sacan incluso de la pista.
Como es de imaginar, cada quien tiene su propio ritmo, su manera de hacer armonía. No necesariamente tiene que ver con la música, pero esta pudiera ser un indicativo de la manera en que nos movemos por la vida. Pero ¿Donde entra esto del ritmo a ser un elemento a observar dentro de nuestras vidas? En el respeto y entendimiento de que cada quien posee para sí una manera de crecer, una manera de vivir su vida y vale la pena destacar que esto siempre es una decisión íntima y personal.
Es así como vemos a personas dejando vicios y otras iniciándose en alguno; parejas alejándose y otras acercándose, todo en perfecta armonía, una que somos incapaces de ver porque nos sumergimos en las profundidades emocionales, esas mismas profundidades que nos llevan al juicio. Que si mira a este que se fue a X lugar o a esta otra persona que bebe mucho, algunos verdaderamente atentan contra los principios básicos de la moralidad, pero ¿Eso nos da derecho de juzgar? La respuesta a esta pregunta es tan personal como cada quien la tenga en su consciencia, pero lo cierto es que no nos lo da. “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.” (Evangelio según San Juan 8, 7). Antes de emitir comentarios sobre algo o alguien:

- Ve primero tus propias acciones. Tal vez no sean las mismas, pero si los estás viendo y te molestan, posiblemente en algún área de tu vida te comportas de manera similar.
- Práctica compasión, ponte en el lugar del otro, trata de ver desde su perspectiva. Muy probablemente llegues a entender que le ocurre.
- Si llegaras a comprender, ten presente que no siempre tu intervención es requerida. A veces acompañar significa guardar silencio y observar.
- Cada quien va a su ritmo, a su velocidad, a la que le permiten sus capacidades y posibilidades. Si estás para servir, acompaña y alienta. Cada quien puede salir de sus propios problemas.
Todo lo mejor para ti.-
[…] concientizar sobre el razonamiento. Todas lecciones válidas en las que individualmente tenemos un ritmo personal. Amén de esta velocidad de aprendizaje, la hora de cambiar está aquí. Es como cuando amanece, […]