
Dicen que hay varias cosas que no se pueden recoger después de haberlas lanzado, entre ellas, la más popular es la palabra dicha, una vez pronunciada, lo único que resta es esperar la reacción de la otra persona y tratar, en la medida que se quiera, de enmendar el daño, pero lamentablemente ya está hecho.
Tener mesura en el hablar es bastante complicado a no ser que por naturaleza o formación seamos de aquellas personas a las que les gusta más permanecer calladas. Pero la verdad es que a la hora de querer tener la razón, nos cuesta y queremos decir lo que sentimos como verdadero a veces sin importar la reacción que podamos causar a nuestro alrededor. Sobre esto hay infinidad de recomendaciones, entre ellas:

- Pensar antes de hablar.
- Escuchar más y hablar menos. Recuerda tenemos dos oídos y una boca.
- Estar atento a las emociones, pues son las causantes de que espetemos lo primero que se nos ocurre.
- Recuerda que siempre hay una manera amable de expresar lo que es necesario expresar. Úsala.
Todo conflicto que se nos presenta tiene su solución dentro de nosotros mismos, la otra persona es solo un espejo que nos orienta sobre eso que debemos mejorar o al menos, mirar para poder seguir avanzando. Te dejo este principio de negociación extraído del libro “Si de acuerdo” de Roger Fisher and William L. Ury – “En toda negociación, se duro con el asunto y suave con las personas”.
Todo lo mejor para ti.-