
A la vida y ti mismo es lo que hace que avances, en principio porque no te frenas. Si frenas no avanzas haciendote caer en la ilusión de que retrocedes, cuando te das cuenta de esto, es porque algo muy poderoso ha llamado tu atención, a veces, es demasiado tarde, otras no tanto, pero siempre el daño está hecho, un daño que no merece la pena revertir pues con el solo sanar el presente basta para liberarte de la carga de la culpa y la tristeza que tanto miedo generan. Pasado afectando futuro haciendonos perder el presente.
Ya basta de ser víctimas, casi no hay tiempo para seguir aferrados a emociones que están vencidas y cuyo objetivo ha caducado, cual medicina con fecha pasada, la puedes ingerir, pero de seguro que el efecto será nulo o en el peor de los casos contraproducente.

- Deja de voltear la mirada para no verte por temor a tu propio juicio.
- Conócete, mira tus emociones, deja de terquear y escucha con atención a quien te dice algo que no te gusta de ti mismo. Ahí tienes la clave para iniciar el trabajo.
- Aprecia con amor lo que eres, en lo que te has convertido. Si no te gusta, pues míralo igual y amalo, eso te dará la fuerza para transformarte.
- La finalidad es transformarte para poder alcanzar la iluminación, no hay otro fin. Para ello debes renunciar a todo lo que tú crees que eres. ¿Cuesta? Por supuesto.
- Mereces la iluminación básicamente porque siempre la has tenido, solo mírate hasta que la encuentres, luego ve por ella.
Dicha transformación será dolorosa en la medida en que te resistas a crecer y si a pesar de no ofrecer resistencia, te duele, sabe que es para tu mayor bien. Como cuando una mariposa intenta romper su capullo, si no hace el esfuerzo de que le duela, morirá dentro sin poder mover sus alas vacías de su líquido vital.
Todo lo mejor para ti.-