¿Te ha sucedido alguna vez que cuando crees que ya has logrado alcanzar algún punto de madurez sobre algún tópico problemático en tu vida, aparece de pronto una situación o alguien que te hace pensar lo contrario? Alguien que te enfrenta con ese gran reto personal y logra hacerte enfadar, perder la paciencia, entristecer, etc…

Queremos ser mejores personas o pensamos que lo somos porque hemos alcanzado algo parecido al éxito que esperábamos y de pronto, aparece el examen sorpresa, la prueba nos hace mirar de frente eso que nos incomoda de nosotros mismo, culpamos a otros, incluso a Dios por haber arruinado tanto trabajo, financiero, empresarial o espiritual, sin darnos cuenta que no es más que una pequeña prueba a la transformación que debimos haber realizado para obtener lo que hasta ese momento hemos logrado.

• La mejor manera de saber en que debes transformarte es siendo claro con aquellas cosas que deseas para ti mismo en el futuro.
• Para obtener algo que no tienes, es menester SER alguien que se parezca a lo que anhelas. Eso significa transformarse.
• No se trata de si mereces o no lo que deseas, claro que lo mereces. El tema es que nada en este universo es gratis, así que algo tienes que hacer para moverte hacia todo lo que mereces, actúa.
• En la medida que hacemos, nuestra realidad cambia y las situaciones “problemáticas” son solo pruebas continuas al proceso de transformación.
• Eso que llamamos “problemas” no son más que ligeros cambios que nos retan a ser mejores personas en el proceso de transformarnos.

El crecimiento personal es muy parecido a pelar una cebolla, quitas una capa y debajo de esta hay otra parecida sobre la que hay que trabajar hasta llegar al centro. No desistas si sientes que no superaste la prueba, se paciente, ya la presentaras de nuevo hasta superarla. ¿Que como sabes que la aprobaste? Cuando en la misma situación no sientas rencor, ni rabia o tristeza. En ese momento estarás listo para la siguiente materia y tu mundo volverá a cambiar, está atento.

Todo lo mejor para ti.-