
Hay que prepararse. Así es, llega el momento de hacer una última revisión de lo que nos propusimos a finales del año pasado o principios de este 2014. Queda poco tiempo para el cumplimiento del plazo que nos dimos para lograr algunas cosas que deseamos, así que sin importar mucho el camino recorrido, nos corresponde a todos, mirar la hoja de metas y averiguar qué tan lejos estamos del logro.
Si no hiciste metas, no pasa nada. De seguro hiciste propósitos de año nuevo, así que cabe preguntarte a ti mism@ ¿Qué logré este año? Seguramente habrás alcanzo algunas de las metas que te propusiste y otras tal vez ni siquiera te dio oportunidad de trabajarlas. Aquí hay algunas preguntas que te pueden ayudar, más si es el caso que no las tienes por escrito.
- ¿Qué me propuse a principio de año y dije que lograría para el 31 de diciembre de 2014?
- Si no logré nada o no recuerdo lo que me propuse, ¿En que se me fue este año?
- ¿Qué cosas me mantuvieron ocupado que no pude prestar atención a eso que “tanto quería”?

- Si la meta era de salud, ¿Cuántos kilos perdí o aumenté? ¿Atendí los pendientes de ir al médico para mi chequeo anual y al odontólogo para hacer al menos una limpieza?
- ¿Cuántos libros he leído hasta este momento? Bien sean relacionados con mi carrera o por gusto de leer.
- ¿Qué actividades, diferentes de fiestas hice para acercarme a mi familia?
- ¿De qué manera me acerqué a Dios este año? Servicio, congregaciones, etc…
- ¿Qué hice este año para ser feliz la mayor parte del tiempo?
- ¿Qué hice este año para hacer felices a los que me rodean?
No es una tarea sencilla, tampoco agradable esta labor de evaluarse, pero si no lo hacemos, ¿Cómo se supone que nos daremos cuenta de si estamos en la dirección correcta para lograr transformarnos en eso que deseamos? Tomate un par de horas y comienza tu próximo año, sabiendo que ocurrió en el presente, pues de eso depende lo que te ocurrirá en el futuro.
Todo lo mejor para ti.-