
Vivimos en constante cuestionamiento sobre el mundo que nos rodea y más sobre lo que ocurrirá en el futuro, nos llenamos de incertidumbres y pasamos mucho tiempo viajando hacia un lugar que no existe para saber si lo que hacemos saldrá bien o diferente de cómo lo deseamos, o mal como pudieran pensar algunos.
Pero independientemente de la manera en como obtengamos las respuestas a las preguntas que nos agobian, estas proceden siempre de una misma fuente, Dios y el canal que esté utiliza para transmitirla es nuestro corazón a través de lo que conocemos como intuición. Parece abstracto pues la intuición se manifiesta en cada quien de maneras muy particulares y principalmente la percibimos a través de nuestro sistema de percepción preferido. Así, quienes son visuales ven o leen señales; los auditivos perciben sonidos, frases en canciones o conversaciones; los cenestésicos, percibirán sensaciones en sus cuerpos cuando las respuestas las correctas y así sucesivamente.
Seguir a la intuición no es una tarea complicada, siempre que prestemos más atención a nuestro cuerpo que a los pensamientos.
Hay muchas herramientas para encontrar respuestas, pero las más efectivas ya vienen incluidas en nuestro equipo de vida, es decir, nuestro cuerpo. Entre las maneras de acceder a ellas de manera más pronta están:

- La meditación, que está comprobada como un sistema que nos ayuda, no solo a centrarnos, sino a conectarnos con la fuente de todo.
- La oración, utilizada por muchos maestros y personas a lo largo de la historia para pedir apoyo y encontrar soluciones a predicamentos, muchas veces de apariencia insuperable.
Encuentra la que mejor se adapte a tu estilo de vida, utilízala con frecuencia, pues solo así, con la práctica, lograrás resultados y respuestas más acertadas y oportunas a cualquier situación en la que te encuentre. La invitación de hoy: Practica Meditar u Orar al menos 15 minutos por día. Haz silencio, concéntrate en tu respiración y aguarda. Se paciente.
Todo lo mejor para ti.-