Pudieras arrepentirte de no tu falta de perdón hacia ti mismo o quizás de no haber bailado más seguido. De haberle gritado a alguien o tal vez no haber donado aquellas cosas que jamás volviste a usar. En todo caso, cada quien tiene sus pesos y los cargamos, a veces, por costumbre.
Arrepentirme carece de valor cuando no actúo en consecuencia para ser mejor y emplear mis talentos para el beneficio de todos.
La invitación de hoy: Ponte en acción, siempre es mejor arrepentirse de haber hecho algo que por haber dejado de hacerlo. Atrévete y lánzate al vacío de la incertidumbre con fe absoluta en que estás en manos de Dios.
Todo lo mejor para ti.-
Cuantas veces nos arrepentimos en la vida y no aprendemos para la siguiente ocasión!
Buen punto. Nos corresponde estar atentos a nuestras propias acciones y emociones.
Éxitos y bendiciones, gracias por compartir.
Bilko