
A mitad de camino.
Gracias por el llanto, por las veces que la tristeza y el dolor han hecho que broten de mis ojos, gotas que sazonan el sufrimiento al tiempo que limpian y me ayudan a drenar una emoción que de permanecer dentro de mí puede causar daños más severos. Luego de llorar, siento alivio, es como soltar lo que me pesa, lo que me agobia y consecuentemente impide o frena mi desarrollo.
Llorar me descarga, principalmente de la rabia o la tristeza causada por cualquier evento externo que me dañe.
La invitación de hoy: Permite que el llanto salga, fluye con la emoción y descárgate de su peso. Aprovecho de agradecer tus comentarios.
Todo lo mejor para ti.-