
Sé que el ego está en control cuando me empeño en tener la razón, incluso cuando la tengo. Estas discusiones normalmente se transforman en enfrentamientos de posiciones en los que ambas partes terminamos por perder algo, así hayamos “ganado” la discusión. Habiendo recorrido un trecho importante hasta este punto, he aprendido el valor de la más poderosa herramienta de la comunicación, la interrogante.
Preguntar no solo brinda la posibilidad de comprender lo que mi contraparte quiere, necesita o expresa, sino también, ofrece la oportunidad de escucharnos, crear y avanzar, en lugar de permanecer girando en los círculos viciosos de enfrentamientos de posiciones.
Preguntar no solo funciona para discutir con otros, también conmigo en luchas internas sobre cual decisión tomar en momentos de crisis, hasta ahora han sido de mucha ayuda las preguntas que giran en torno a mis valores y propósito de vida.
La invitación de hoy: Supera al ego y a quien te enfrente, no le digas lo que piensas, pregúntale amablemente ¿Qué tal si…? Lo ves de otra manera, otro color, vamos por otra vía. Aprecia el resultado y te darás cuenta que es mucho más sencillo tener la razón. Como decía mi abuelita, “Las abejas se atrapan más fácil con Miel que con vinagre”.
Todo lo mejor para ti.-