En la Venezuela hoy, no es difícil caer en corrientes emocionales que nos impulsen de manera ciega a seguir movimientos que se parezcan a nuestros pensamientos. Así, los que creen en el gobierno juran que, aquello de la guerra económica es una verdad absoluta, sin darse cuenta que creer en ella es negar la existencia de las leyes económicas y esto  es tan absurdo como negar la existencia de la ley de gravedad. Por otra parte, a pesar de tener sobradas razones para pensar que el gobierno es el mal personificado, tenemos opositores creyendo el discurso de quienes enfrentan al gobierno en la arena política, llenando sus corazones de odio y negados a mirar caminos menos traumáticos que, a pesar de no ofrecer salidas rápidas, de seguro minimizarían la muerte de jóvenes, quienes movidos por la impulsividad salen a la lucha sin guía ni bandera.

Con este panorama bien pudiéramos decir que en esta historia, no hay buenos.

Pero cada quien cree en sus buenos, en sus héroes salvadores sin importar el color, creen en ellos siempre y cuando se sienta que velan por los intereses propios y de otros parecidos, además porque es cómodo y necesario tener a quien culpar en caso que las cosas no salgan como deseamos. Es en este punto de la historia cuando la creación de consciencia personal pasa a tener un rol protagónico en la evolución hacia la salida del conflicto. Si el odio engendra más odio, entonces ¿Qué ocurrirá si algunos suficientes, en consciencia, comienzan a transitar el camino que conduce hacia la armonía?

La invitación de hoy: Desde tu espacio, bien sea que estés en Venezuela o en el exterior, conecta con lo positivo, con la armonía, apártate del estrés del whatsapp y las noticias maliciosas que Des-Informan. Crea un momento de consciencia al principio o al final del día, un espacio de paz interior. Solo así podremos alcanzar la masa crítica requerida para hallar la salida más temprano que tarde.

Todo lo mejor para ti.-