Por más que insista, mi hijo terminará por hacer aquello que ve en mí y no lo que le digo que haga y para aprender esta lección fue necesario que viera en mi comportamiento todo lo que no deseaba que él hiciera o replicara. Debo reconocer que la tarea requería de mucha valentía ya que la autocrítica efectiva no es sencilla de asimilar, aun así, logré hacer algunas rectificaciones que redundaron en beneficio personal, más allá de la simple orientación a un menor.

Un día me preguntaron ¿Qué hiciste para que tu hijo se interesara en la lectura? Y la respuesta fue, “Simple, me interesé yo antes que él”.

La manera más efectiva de enseñar es con el ejemplo, al mismo tiempo es la más complicada, porque requiere del cambio personal del líder.

La invitación de hoy: Sin importar el tamaño del equipo de líderes, ya sea tu hijo o una organización, debes comenzar por transformarte en aquello que esperas de tus seguidores, solo así obtendrás el resultado esperado. Para más detalles haz click aquí y visita el blog “Como influir”.

Todo lo mejor para ti.-