
Una vez que suena el disparo que señala la partida hacia la oportunidad, no hay manera de regresar, o arranco y doy lo mejor de mi o me quedo estacionado mirando la carrera desde el final, en el entendido que será una carrera en la que más temprano que tarde, la perderé de vista ya que no es una carrera de velocidad sino de fondo.
Las creencias limitantes me impiden iniciar a través de argumentos que justifican mi incapacidad, falta de preparación y por ende, de voluntad.
Esta situación sucede más veces de las que quisiera admitir y son visibles únicamente cuando ha transcurrido mucho, pero mucho tiempo, es cuando puedo mirar en retrospectiva y apreciarlas en toda su magnitud. Antes solía reprocharme el no haberlas aprovechado, hoy solo las miro como lecciones, al final, la vida da vueltas y siempre hay nuevas oportunidades por aprovechar.
La invitación de hoy: Recuerda la recomendación de ayer, está atento de tus emociones, si el miedo aparece y/o el entusiasmo aparecen, detente, respira y obsérvate con detenimiento, de seguro algo maravilloso está por ocurrir.
Todo lo mejor para ti.-