
El mundo exterior es un reflejo de nuestro interior y ciertamente, esto es algo complicado de comprender o digerir, especialmente si no tenemos la voluntad suficiente de mirar más allá de nuestras creencias y aventurarnos a explorar nuevos conceptos, a mirar otras realidades, en definitiva, a cambiar.
Se requiere valor para afrontar nuevas realidades.
En este caso, el valor, referido a valentía y no a virtud, es necesario para vencer las innumerables barreras emocionales que representan los cambios, eso si queremos evitar eventos traumáticos que nos obligan a hacerlo, no por voluntad propia, sino por obligación del entorno o por no haber querido aprender las lecciones.
La invitación de hoy: No provoques a la vida (destino, universo, karma o como desees llamarlo), abre no solo tu mente, sino también tu corazón para poder generar los cambios en tu interior que se reflejen en tu entorno.
Todo lo mejor para ti.-