El viernes hablamos de valentía, lo cual es el justo medio entre cobardía y osadía. Según Aristóteles, la virtud, lo verdaderamente bueno de las personas, está en el justo medio de dos extremos. Aunque esto pareciera ser un concepto extremadamente conservador, principalmente a la hora de tomar decisiones, no es del todo descabellado tomarlo en consideración a la hora de aventurarse a tomar riesgos no medidos.

Ser valiente comienza por tener bases de personalidad sólidas, es decir, tener claridad de mis valores y de propósito de vida.

Está bien tener miedo, es normal y hasta aceptable en la mayoría de los casos y para vencerlo es necesario construir valentía a base de argumentos que contradigan las excusas y motivos que impulsen a la acción inicial, esa que vence la parálisis causada por el miedo y la comodidad.

La invitación de hoy: Identifica tu nivel de valentía y confróntalo contra eso que no has hecho porque “Es que…” pon luego de los puntos la excusa que siga. (no tengo tiempo, no tengo dinero, tu no me entiendes, etc…), ahora toma la decisión y supera tu excusa con valentía.

Todo lo mejor para ti.-