Es ampliamente conocida la devoción de los japoneses por este tema, algo que han logrado transformar en una virtud por la práctica continua desde tiempos inmemoriales. Esto los ha llevado a alcanzar niveles extraordinarios de evolución tecnológica, tal vez, como dice Yokoi Kenyi en sus videos, a un precio emocionalmente muy elevado. A pesar de ello, es incuestionable que este aspecto de su cultura, es algo que replicable en cualquier área de la cotidianidad y más fácil de hacerlo una vez que hemos asumido nuestra responsabilidad.

En todo lo que hacemos, es menester practicar la devoción por la excelencia.

El perfeccionismo es contraproducente ya que dilata los procesos de ejecución. Por otra parte, perseguir la perfección hacia el logro del propósito, practicando disciplinadamente la excelencia en el desempeño, rinde beneficios importantes para el desarrollo de habilidades, no solo cognitivas, sino también para el desarrollo de destrezas que, en ocasiones ignoramos en nosotros mismos.

La invitación de hoy: Persigue la excelencia, no el perfeccionismo. Ten presente que la excelencia es la práctica continua y disciplinada de aquello que debes ejecutar para lograr lo que deseas.

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias.