Si la mente es el lugar donde de crea todo nuestro mundo y los pensamientos son esas ondas de energía que constituye la materia prima de nuestra creación, entonces, ¿Qué sucede cuando no estamos inmersos en algún pensamiento? Es una pregunta bastante compleja de responder, ya que, pareciera que no existe tal lugar o momento. Es como si nuestra mente estuviera produciendo ideas de manera continuada (cosa que es real) y sin lugar a respiro alguno.

Pero si hay pausas y es allí donde queremos llegar.

Es como si los pensamientos fueran un tren de vagones infinitos, incluso, algunos repetidos. Siendo así, entre vagón y vagón hay un espacio de interconexión. Es en esta pausa de transición entre una idea y otra, donde podemos encontrar el sosiego necesario para ser, mejor dicho, SER.

Es en ese breve instante de silencio cuando tenemos la posibilidad de escuchar a Dios en vivo y en directo.

La cuestión es como le prestamos atención y de que manera, somos capaces de ampliar ese espacio entre vagones de pensamientos para que, al estar en ese silencio, no solo podamos escuchar, sino comprender todo lo que está dispuesto para cada quien, entender mejor el lugar en el que nos encontramos y para que estamos. Sería una verdadera y muy poderosa expansión de nuestra consciencia.

La invitación de hoy: ¿Te atreves a buscar ese espació?

Todo lo mejor para ti.-

Bilko Castro Arias