Explosión.

No cabe ninguna duda de que somos seres emocionales, vivimos por y para sentirlas de la manera como sea posible, deseamos estar en contacto con nuestra emocionalidad, sin importar que esta nos lastime o peor aún, sea una emoción que nos lleve a la autodestrucción.

Tanto más complicado es cuando negamos esta realidad y nos empeñamos en reprimir esas expresiones que sentimos, que sabemos que son correctas así nos sean del todo positivas. La alegría y la rabia son las más comúnmente acumuladas, casi siempre nos empeñamos en suprimirlas por convencionalismos sociales, más comúnmente llamados “El Deber Ser”.

Nuestro cuerpo no soporta la energía emocional reprimida, y mucho menos cuando esta alcanza los niveles que sobrepasan nuestra propia capacidad de acumulación. Llega entonces el momento en el que explotamos, aparentemente sin sentido ni razón alguna y es cuando una pequeña rabieta se convierte en feroz Ira o unas risas reprimidas en Ironía hiriente. Esta explosión arrasa con todo, destruye cualquier cosa buena que hayamos construido hasta ese momento con el agravante de que una vez realizada la explosión, difícilmente podemos dar marcha atrás.

Las explosiones de emociones reprimidas, suelen causar un daño terrible en nuestro entorno y a nosotros mismos.

Dedicarnos a vivir va mucho más allá de la contemplación de nuestro entorno y de como hemos conversado en varias ocasiones, de orar y meditar. La invitación es a observarte con detenimiento y a darte cuenta de lo que sientes, pues allí es donde encontramos el verdadero origen de las lecciones de la vida.

Todo lo mejor para ti.-

Esfuerzo

Feliz martes…

Siempre que nos dedicamos a crear algo, generamos una cantidad de energía que, de alguna manera, invertimos en ese nuevo proyecto. Esta energía proviene desde nuestro interior llevándonos por senderos de creatividad en los que simplemente, estamos conectados con algo superior a nosotros mismos.

Así cada genio de la historia, cada luminaria de las ciencias humanísticas o naturales y  del arte en cualquiera de sus expresiones,  que ha existido y existe en esta era, nos ofrecen desde su energía, una muestra de lo que significa estar conectado e inspirado con y por  Dios.

La inspiración y proviene de la divinidad, aun así se requiere del esfuerzo y la energía de nuestro ser para poder lograr la creación de obras maestras con el fin único de deleitar al prójimo y al mismo Dios, quien seguramente se maravilla de cada cosa que demostramos somos capaces de hacer. Eso si, ten siempre presente que Dios inspira constantemente tu mayor obra maestra y esa obra eres TÚ.

Todo lo mejor para ti.-