Una vez obtenido un resultado, sobrevienen las emociones que se generan dependiendo de nuestras expectativas, todo esto como resultado del esfuerzo y energías dedicados a obtener algo que consideramos nuestro por mérito.

Aun así, los eventos siempre tienen alguna probabilidad de no resultar como esperamos y si es el caso que obtenemos lo que deseamos, entonces procedemos a llenarnos de alegría, casi tan peligrosa como la frustración y la rabia que se generan si el resultado es contrario al esperado.
Las emociones de cualquier índole nublan nuestra visión, sin importar que sean de alegría o de rabia. Mejoramos nuestra intuición y resultados, cuando logramos identificar la emoción y que la detona. Luego que nos damos cuenta de que sentimos y de donde proviene ese sentimiento, podemos comprender con mayor facilidad los eventos, verlos desde una nueva perspectiva y aceptarlos tal y como son.
Todo lo mejor para ti.-