El extremo de las cosas, según Aristóteles (Filósofo griego), no es precisamente eso que podemos considerar como «bueno» en el entendido de que el justo medio de las cosas es lo correcto.

Bien es sabido, que todos los extremos, por buenos que sean o parezcan, terminan por no serlo tanto. De cualquier manera siempre y como parte del aprendizaje, es bueno conocer los extremos.
Así por ejemplo, si estamos tristes, podremos apreciar la alegría y viceversa. Por otra parte, estarás de acuerdo que, en algunas ocasiones, un arrebato de rabia nos da el impulso que necesitamos para iniciar ese proyecto o salir de la situación en la que estamos, eso si, mantente alerta que es solo pasar por ahí, no quedarnos en la emoción.
Todo lo mejor para ti.-
Bilko Castro Arias
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