Este turbulento rio de la vida, en el que poco tiempo tenemos para apaciguarnos, nos mantiene distraídos en la búsqueda donde más que encontrar, lo que hacemos es perdernos en el laberinto de emociones que si bien nos dan lecciones, también nos mantienen alejados de nuestro verdadero destino, y es tanta la distracción que a muchos se les va la vida sin siquiera acercarse un poco al fin último, la comunión con Dios.

Muchos son los conceptos sobre la espiritualidad, los cuales también han evolucionado con el ser humano a través de su historia. Seguir los preceptos religiosos solía ser parte preponderante de este término, asistir a los cultos, practicar las instrucciones dejadas por grandes maestros en libros ancestrales daban a las personas ese descanso que tanta falta hace en la vida cotidiana, sin importar si vives en una agitada ciudad o en un apacible campo.

Los temas religiosos solían ser el centro de la espiritualidad, hoy en día el concepto ha venido cambiando hacia el carácter íntimo de la vida, donde el individuo logra entrar en conexión con su verdadera sustancia, Dios dentro de sí. No tiene nada que ver sobre un juicio hacia la religión, sus preceptos continúan siendo útiles para todos ya que son principios básicos de convivencia, amor y sin lugar a dudas, de Éxito. Lo cierto es que la espiritualidad termina siendo ese descanso en la carrera diaria y llenando esos espacios que creemos vacíos, ese lugar donde toda la magia de la vida sucede y nosotros somos los creadores, sin trucos o artificios, solo con nuestro poder interior. ¿Cómo te evaluarías en temas espirituales? Más allá de tus creencias, ¿Cómo demuestras espiritualidad en tu actuar diario? ¿Tu vida ha traído o trae alegría a otros y ti mismo? La invitación de hoy: Tomate un espacio de tiempo para ti, hazte estas preguntas y disfruta el camino hacia tu encuentro contigo.

Todo lo mejor para ti.-