Aunque el trabajo espiritual es algo que no admite pausas ni descansos, pues es algo que siempre nos llevará a ser lo mejor que podemos ser, pero hoy el tema es otro. Ante todo quisiera pedir disculpas a todas aquellas personas que siguen estos humildes comentarios y artículos por la ausencia de estos días. Este blog tienen como finalidad, comentar sobre mi experiencia individual en el tema del desarrollo personal y espiritual, desde una perspectiva de introspección. Alguien alguna vez me preguntó si mis escritos eran anecdóticos y la verdad es que si, pues no hay nada escrito en este blog sobre lo cual no haya tenido alguna experiencia de crecimiento.

Hoy en día toda esta experiencia es puesta a prueba. Una que es muy difícil de superar pues exige dar lo máximo y porque no darlo si es para entregarse en un trabajo de amor a los demás. Sería un poco sin sentido pensar que porque escribo y he vivido algunas experiencias en las que me he dado cuenta de quién soy y donde estoy, no me iba a afectar la situación de conflicto en la que está inmerso mi país, mi ciudad y mi barrio desde hace poco menos de 15 días. Sí, me ha afectado, más en las últimas fechas y ha demandado dar lo mejor, lo más que pueda en todo esto, afectando mis escritos. Pero siempre con un sentido de servicio y una vez más y desde la experiencia, he tenido que:

• Amar a todos, violentos y pasivos. Afectos al gobierno que reprime y a los afectos a la protesta
• Ser paciente conmigo mismo, especialmente cuando las emociones me abruman y parecen llevarme de la mano al odio y al desprecio de mis prójimos.
• Ser paciente con los demás al mirar el desdén con el que los gobernantes mienten pública y abiertamente sobre la situación y reprimen los medios de comunicación.
• Reconocer en mi lo que está mal, lo que el universo me refleja con toda esta situación de polarización y división absoluta entre hermanos de una misma tierra.
• Mirar desde el espectador como me conduzco ante los demás.
• Entender mis miedos más profundos al ver la posibilidad de un futuro incierto, no solo para mí sino para mi hijo.
• Superar la tristeza que supone ver chicos universitarios sufrir el trato de un delincuente, incluso la muerte, solo por exigir el derecho a vivir en paz.
• Orar y meditar mucho para no perder la conexión con Dios, el único en quien encuentro el apoyo necesario para superar este trance.

Solo por mencionar algunas de las pruebas. Nada sencillo, pero tampoco nada que no se pueda superar y aquí estoy nuevamente con ustedes. Aprecio mucho su paciencia y compresión. Como siempre deseo

Todo lo mejor para ti.-