
Tener o crear consciencia es una tarea ardua que se alcanza con práctica y atención en mis acciones cotidianas, entre las muchas que puedo mencionar están; la manera en cómo me expreso ante tal o cual situación, las emociones que los estímulos externos accionan en mí y la forma en como estas me hacen reaccionar o responder según sea el caso, todo esto parece arduo y laborioso, en verdad lo es, por ejemplo ¿Quién pudiera contar la cantidad de inhalaciones que hace al día o las veces que repite la palabra “NO” o cuantos pasos da entre la cama y la ducha? Aunque no lo creas, estos son algunos de los primeros pasos que me llevan a tener consciencia de mí, ubicándome en el momento presente.
Todos deseamos tener consciencia plena de los misterios de la vida y en el afán de saber, nos olvidamos de caminar antes de correr.
Es cuestión de estar atentos de las cosas pequeñas, esto funciona a modo de escalas, cuando se alcanza el nivel de atención suficiente, la cantidad de información que puedo procesar aumenta. La práctica es continua y da poco espacio para las pausas, aunque siempre me distraigo, acomodándome en algún nivel de comodidad.
La invitación de hoy: Observa tus maneras, en especial, como respondes o reaccionas a los estímulos externos, esto te dará una pista sobre donde necesitas hacer cambios.
Todo lo mejor para ti.-