
Ser auto-críticos es bueno, en la medida en que tomemos nuestras observaciones como un medio para ser mejores personas. Pero en la mayoría de los casos, la crítica, propia o externa, suele ser rechazada o entendida como tal y es en este punto cuando entra en juego la inteligencia emocional. Puede que recibamos un comentario contundente de alguien a quien tenemos en alta estima y ese llamado de atención, nos duele o incomoda, nos tomamos de manera personal una observación sobre algo que bien, puede ser cierto.
Cuando no soy capaz de observar mis respuestas y/o reacciones ante los estímulos externos, la vida se encarga de mostrarme el camino, principalmente con personas muy cercanas.
Algún familiar, mi pareja o incluso mi hijo, son de quienes más puedo aprender. No faltará algún jefe regañón o un padre estricto que me ponga en cara algún defecto o porque no, alguna virtud que incomode. Es menester tomar las observaciones como herramientas para darme cuenta cual es el camino y para ello es vital que tenga consciencia sobre mí.
La invitación de hoy: Presta mayor atención a las críticas de otros, especialmente aquellas que en verdad te duelen por forma y fondo. Este sería el segundo paso para crear consciencia y contribuir al mejoramiento de tu entorno y por ende el de todos.
Todo lo mejor para ti.-