Hace aproximadamente 4 años publiqué el artículo titulado “Hacer” (puedes visitarlo haciendo click aquí), en él comenté sobre una manera de hacer las labores pesadas, sin que estás representaran un esfuerzo que de solo pensarlo, me paralizara. Estos principios los he aplicado en todas las áreas de mi vida, teniendo éxito en unas más que en otras, pero con un balance positivo en la suma de la totalidad.

Para lograr hay que hacer y para hacer es necesario tener propósito y direccionalidad.

En mis talleres y conferencias suelo preguntar a las personas por sus valores y principios, los cuales casi siempre están en la mente, el corazón o el actuar de cada uno de los participantes, pero ninguno (al menos hasta ahora) se ha presentado con algo escrito al respecto. Lo cierto es que la resistencia a escribirlos es mayor que el valor percibido de tenerlos a mano o quizás sea por miedo al compromiso consigo mismos para vivir una vida más plena.

La invitación de hoy: Comienza a traer claridad a tu vida, define un propósito personal y luego ves cómo está tu sistema de valoración para el logro del mismo. Te prometo que recibirás una sorpresa al crear consciencia sobre lo desalineado que están tus pensamientos de tus emociones y palabras.

Todo lo mejor para ti.-