
Ya sabemos que nuestras acciones de servicio tienen un alcance inconmensurable, pues desconocemos las dimensiones verdaderas de las mismas en el corto, mediano y largo plazo, así mismo, desconocemos por cuanto tiempo inciden en la vida de los beneficiarios de dichas acciones. Sin importar el resultado, especialmente si este es adverso a nuestras expectativas, el impacto de un servicio se puede medir en proporción directa a la intención impresa a la acción.
El servir a los demás no tiene reglas o recetas, pero si pudiéramos numerar básicos del servicio, este debería ser: Sincero, con intención y sin expectativas de resultados.
Puede que preste ayuda a un transeúnte y no reciba un gesto de agradecimiento en respuesta a mi acción, pero en definitiva, si la intención es sincera y poderosa, el servicio rendirá frutos más temprano que tarde.
La invitación de hoy: Está dispuesto al servicio, recuerda que no sirves a personas sino a propósitos más elevados y puros que los caprichos de las personas y por ello sus alcances son insospechados.
Todo lo mejor para ti.-