
A lo largo de la historia de este espacio, ha habido varias paradas, momentos en los que la musa inspiradora desaparece del entorno, tal vez por estar procesando situaciones cargadas de emocionalidad que hacen que detenga la escritura, o la música, con la cual ando tan conectado por estos días. De cualquier manera, detenerse está bien, es parte de los procesos personales que requieren de momentos de intimidad que permitan encontrar la manera de zafar los nudos que nos frenan, casi siempre de manera inconsciente.
Parar, procesar, reiniciar.
Para y reiniciar no tiene sentido sin que exista el procesamiento de las situaciones que nos hacen detener. La comprensión de estos eventos generan sabiduría y por ende, acercamiento a la iluminación, al verdadero SER que yace internamente.
La invitación de hoy: No tengas miedo de parar, de bajar la velocidad, se consciente de la necesidad del descanso para renovar las fuerzas, en este caso a través del entendimiento y la comprensión de ti mismo.
Todo lo mejor para ti.-