
Hay momentos en los que me siento extraviado del camino y eso es porque pienso que en algún punto, tomé un desvío que no identifiqué a tiempo, un sendero que me mantiene en la sensación de avanzar pero si vislumbrar un destino próximo, así sea para descansar. Algo así como cuando conduzco por alguna carretera desconocida y por más que esté atento a la distancia que indica el odómetro, siento que me equivoque en algún punto del camino, lo que me invita a regresar hasta algún lugar conocido para reiniciar. Pero ¿Qué tal si continúo y confío en los instrumentos, o en mi intuición?
La verdadera respuesta a si debo regresar o continuar, está en mi interior y solo yo puedo decidir qué hacer.
Mi padre, quien es piloto retirado, me contó que una de las pruebas más complicadas tuvo que aprobar para hacerse pilotos aeronáutico fue la prueba del vuelo por instrumentos, en la que debía llegar a un destino indicado siguiendo la brújula y confiando en el resto de los dispositivos en el tablero de la nave. La mayoría suele desconfiar de estos y fallar la prueba, ¿la razón? Varía de persona en persona, pero lo cierto es que la ansiedad por controlar el resultado es una de las más comunes.
La invitación de hoy: Todos somos los pilotos de nuestras vidas, Dios es el tablero de instrumentos, si te sientes extraviado, regresa a las bases, revisa tu nivel de Fe y comienza a confiar en la brújula, estas siempre indican el camino correcto.
Todo lo mejor para ti.-