
Luego de estar encerrado, necesito forcejear con la inercia, es decir, vencer esa fuerza que me mantiene en comodidad para salir del capullo de crecimiento, transformado y con mayor fortaleza. Si no me enfrento a las ganas de permanecer inmóvil, corro el riesgo de tomar decisiones poco favorables porque mayormente la invitación es a la inacción, ergo, sin resultados.
Vencer la inercia que me obliga a permanecer inmóvil me fortalece con el entusiasmo del logro.
Una vez que logro salir del encierro, con mayor consciencia, auto-conocimiento y mucho entusiasmo, la vida cobra un matiz distinto, principalmente porque yo soy diferente.
La invitación de hoy: Vence las ganas de permanecer inmóvil, oblígate a tomar más agua, a comer menos cantidad, a comenzar la rutina de ejercicios. Esto tomará un tiempo, pero bien valdrá la pena.
Todo lo mejor para ti.-