
Carece de importancia las razones por las cuales me haya encerrado a reflexionar, esta acción solo es una respuesta a lo abrumado que me pueda sentir por causas del entorno o en el peor de los casos, por los pensamientos que genero continuamente, que mientras más dispersos sean, mayor es la desesperación y las ganas de parar.
Todo esto son ganas de parar el mundo y bajarme un rato a descansar. Pero sin importar las ganas, el mundo no se detiene y debo seguir avanzando.
La ansiedad y la desesperación (las cargas) aparecen por el apego a las cosas que me generan sensación de pérdida, como por ejemplo el control de las situaciones, especialmente cuando no salen como yo quiero. La verdad es que a mayor apego, mayores las ganas de bajarme del mundo.
La invitación de hoy: Intenta bajarte del mundo un rato, pero recuerda que es solo una sensación, ya debes tener siempre presente que este continúa girando estés o no en él.
Todo lo mejor para ti.-