Ciertamente es complicado vivir en el aquí y el ahora constantemente, más cuando no estamos formados ni acostumbrados a prestar atención a nosotros mismos. Esto supone practicar el estar y permanecer en ese estado bajo las condiciones actuales de consciencia de este tiempo de vida.

Vivir en el aquí y él ahora se traduce más en ser un ejercicio continuo de mejoramiento.

Es algo como Cuando Dios le dijo al hombre: – “Empuja esa enorme roca” y el hombre se esmeró, empujó día y noche, al principio le costó seguir la instrucción, pero pasado un tiempo ya el hábito de empujar varias veces al día estaba ya grabado en su subconsciente.

Pasado un buen tiempo, El Hombre molesto increpó a Dios por haberle asignado una tarea imposible, en todo ese tiempo y a pesar de sus esfuerzos, la roca no se había movido ni siquiera un milímetro.

A la queja Dios Preguntó, – ¿Por qué te quejas, Acaso yo te pedí mover la roca?

El hombre respondió, -Que caso tiene empujarla si no es para moverla, no ha tenido ningún sentido.

Luego de un breve silencio, Dios observó – Tienes razón, pero ¿No te has dado cuenta de cómo ha crecido tu fuerza?, ¿cómo has desarrollado tus músculos y más aún cómo has fortalecido tu carácter al crear el hábito de empujar esta roca a diario?

El hombre con algo de vergüenza observó en silencio, alzó la mirada y solo dijo – Gracias.

La invitación de hoy: No esperes vivir en el aquí y el ahora al primer intento, a los primeros 100 mil intentos, solo sigue practicando. 

Todo lo mejor para ti.-